Esto no es una receta, esto es un salvavidas.
Después de casi un mes sin gas y problemas de salud que no vienen al caso, comenzar el día comiendo estas panquequitas fue un cariñito para mi alma azotada por los embates de sobrevivir en comunismo. Por eso decidí compartirla, porque tal vez alguien necesite sentirse querido y recuperar la fe.
Vamos manos a la obra.
Ingredientes:
1 taza de harina de trigo leudante.
½ taza de salvado de avena.
1 taza de leche líquida.
1 huevo.
2 cucharadas de azúcar.
½ taza de coco rallado.
¼ de taza de mango picado.
½ cucharadita de bicarbonato.
Preparación:
Bate la leche, el huevo y el azúcar hasta que estén bien integrados. Agrega los ingredientes secos de a poco, luego el coco y por último el mango.
Calienta una sartén, engrásala y echa cucharas de la mezcla (tú decides de qué tamaño las quieres, a mí me gustan medianas), cuando veas que tienen burbujitas, voltéalas, déjalas un minutico más y listo, a comer.
Como usé harina leudante quedan gorditas y suavecitas como una nube, pero si quieres hacerlas más saludables, sustituye por otra de tu preferencia.
A mí cocinar siempre me salva la vida y cuando tenga oportunidad de volver a este pequeño espacio de felicidad, lo haré. Espero no pasar más de un mes sin estar por aquí, porque lo realmente bonito de la vida es comer, compartir y tener la esperanza de que alguien en cualquier parte del mundo se coma unas panquequitas gorditas después de leer esta receta.
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